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Quiero contarles señores un hecho muy pintoresco, 6 paisanos en un truco no existe nada tan gauchesco.
Los paisanos eran jovatos con una pinta no muy brava, no quisiera prejuzgar pero parecían travas.
Había uno muy chiquito, y aunque esto no lo humilla, para poder cantar la falta se paraba sobre la silla.
Otro era un negro poco fino le decían cirujano, Dios no permita que nadie pueda caer en sus manos.
Otro era abogado que jugaba muy callado, un sureño respetuoso que se fumó 3 atados.
Había otro muy locuaz, hablaba en forma permanente, para poder escucharlo tenés que ser sordo o muy paciente.
Otro era colorado se lo veía un poco errante, pero parece que en cualquier momento volverá a ser el comandante.
Completando el sexteto un alemán muy atento, si no estás bien despierto te empoma en cualquier momento.
La mano venía pareja con mentiras y verdades, lo hacían bastante bien considerando las edades.
Hasta que llegó el final, disputado, apasionante, se trenzaron en una falta, y yo creo humildemente…
que si el inventor del truco se levanta de la tumba, se vuelve a meter de nuevo de la vergüenza que siente.
Autor anónimo |